En Casa Lago Jessica tenía muy claro que quería un espacio en el que pareciera que siempre estás de vacaciones.
Un lugar en el que relajarse en grandes sillones, dónde poder ir descalzo por toda la casa, con plantas naturales para sanar el interior cuando nos toca estar dentro porque el frío llega.
Pintada con arcillas naturales, con formas redondeadas presentes en la naturaleza, con colores que hacen recordar un paisaje de mar y tierra, luces indirectas y con colores muy cálidos para respetar el cliclo circadiano de la familia, fibras naturales en los textiles para hacer de las habitaciones el auténtico refugio que debe ser.
Con las cortinas de lino intentamos crear el efecto Komorebi, un término japonés que alude a cómo se filtran los rayos de la luz a través de los árboles, ejerciendo un efecto relajante.
Un lugar en el que siempre apetece volver.
Esperamos que con este lugar hayamos conseguido que estéis en unas vacaciones eternas.