Toda la estética del espacio bascula sobre la filosofía del coworking. El hilo conductor gira en torno a la comunidad, la tribu.
Un espacio con personalización al máximo. Tu foto al lado de un cartel que anuncia que somos una tribu. Esto genera una sensación de pertenencia ( conexión social y seguridad).
Mensajes motivadores aludiendo a las personas que allí trabajan, colaboran, se entienden.
Colores alegres, con toques de acento para estimular los sentidos.
Mucha luz natural aprovechada con grandes ventanas y cristales con screens para hacer los cerramientos.
Espacios abiertos donde circular cómodamente, en donde la conexión primaba por encima de todo. Al final una persona que busca un coworking de este tipo busca no estar sola en casa, trabajar con personas con las que compartir. El coworking tenía que tener como premisa esa conexión.
Se incorporaron también unas estanterías para doble uso de separador y organizador. En estas fotos faltaban unos faldones para mantener la privacidad en cada uno de los puestos.
El office_cocina se convirtió en el centro neurálgico del espacio, mucha luz natural, un sofá para estar cómodos, plantas y vistas a un parque, Los colores saturados, nos van a hiper activar. Nos estimulan y nos dan chute para seguir adelante con la jornada. El espacio levanta el ánimo con solo entrar en él.
Maderas y plantas para introducir elementos naturales que nos conecten con nuestra esencia.